viernes, 2 de octubre de 2015

Tienen que saber que postura tienen los candidatos frente al aborto antes de votar, no se puede votar a un abortista

El debate por el aborto se mete en la campaña: rechazo de Scioli y advertencia de Michetti

ELECCIONES 2015.Además, Del Caño se manifestó a favor de la despenalización y Stolbizer criticó a Cristina por clausurar el debate en el Congreso.

El debate que se clausuró en el Congreso se abrió ante la opinión pública en la campaña. Esta mañana, Daniel Scioli se manifestó en contra del aborto e fijó posici´no en un tema de debate pendiente entre los presidenciables del 25 de octubre.
“No estoy de acuerdo con la legalización del aborto”, explicó el candidato oficialista. Expresa su convicción sobre el tema, y también la voluntad de Cristina Fernández. Hace un año, el ministro de Salud, David Gollán, intentó incorporar en su gestión la discusión sobre la “principal causa de muerte materna, por los 500 mil abortos anuales en Argentina”. Fracasó. El jefe de Gabinete, Anibal Fernández lo llamó a silencio, por orden presidencial.
La discusión, obviamente, excedió al kirchnerismo. La candidata a vicepresidenta de Cambiemos, de postura pública en contra del aborto, advirtió sin embargo también esta mañana en radio que "penalizar que una mujer que aborta es un disparate absoluto". La senadora amplió su postura: "Creo en una política agresiva del Estado sobre la salud reproductiva y sexual y estar presente en el evitar los embarazos no deseados. Estoy de acuerdo que se debata en la cámara de diputados".
Esta última idea, la de el debate en el Congreso, es lo que reclamó a principios de semana Margarita Stolbizer, la candidata a presidenta de Progresistas se quejó:  "Cristina por no estar de acuerdo bloqueó el debate por la despenalización del aborto."
En su programa “Compromiso por la Igualdad de Género”, la líder del GEN advierte: “El aborto es la principal causa de la mortalidad materna. La penalización vigente no disuade a las más de 500.000 mujeres que cada año interrumpen embarazos no deseados en absoluta ilegalidad y desprotección, poniendo en riesgo su salud, su libertad, su integridad y su vida. Esta punición promueve un mercado negro millonario que, además de lucrar con la vida, la salud y la autonomía de las mujeres, conspira para que todas accedan a procedimientos seguros”.
Otro que confirmó su posición, a tono con la izquierda, fue el candidato a presidente del FIT, Nicolás del Caño: "Parece que a Scioli no le importa que en la Argentina mueran más de trescientas mujeres al año por abortos clandestinos y por eso sigue defendiendo la penalización del aborto", declaró hoy. Y agregó: "No nos extraña que, veinticuatro horas después de que María Eugenia Vidal del PRO se haya manifestado contra la legalización del aborto y de la marihuana, Scioli salga a decir las mismas frases que la derecha contra derechos elementales de las mujeres y de la juventud", manifestó Del Caño.
Scioli también se metió en otro tema controvertido y se diferenció de su candidato a gobernador Aníbal Fernández. El ex motonauta rechazó la “legalización de la marihuana” que propone el jefe de Gabinete. 
Colaboró: Rodolfo Lara

Conferencia Episcopal La Iglesia pidio trasparencia en las elecciones

Con un duro documento, la Iglesia pidió transparencia en las elecciones


Lo difundió hoy la Conferencia Episcopal Argentina. Habló de un clima de "agravios, sospechas y denuncias". Pero también exige "respetar la voluntad popular".

Con un duro documento, la Iglesia fijó hoy su posición respecto a las dudas que genera el proceso electoral, luego de los escándalos en comicios de diferentes provincias, en particular en Tucumán. La Conferencia Episcopal Argentina habla de un clima de "agravios, sospechas y denuncias que debilitan la credibilidad de personas e instituciones" y reclama "asegurar la transparencia".
Uno de los párrafos más fuertes de la carta, de una carilla y firmada por la Comisión Ejecutiva que preside monseñor José Arancedo, opina que "una democracia sin valores y sin ejemplaridad se empobrece". Y exige: "Por lo tanto, no deberían escatimarse esfuerzos en orden a mejorar los procedimientos, asegurar la transparencia y evitar todo tipo de sospechas que terminen provocando desconfianza y acentúen las divisiones entre los argentinos".
También reclama que "que ningún signo de violencia o intolerancia ensombrezca el acto eleccionario y, al mismo tiempo, esperamos actitudes de nobleza para reconocer y respetar la legítima y soberana voluntad popular". Esta última frase parece dirigida a la oposición. Al menos en su espíritu. La Iglesia temería por una escenario de incertidumbre si la pelea por los resultados electorales se dirime en la Justicia. 
Varias de estas situaciones tuvieron su clímax negativo en los comicios a gobernador en Tucumán, el 23 de agosto. Hubo entrega de bolsones, quema de urnas, cámaras que debían controlar y no lo hicieron, entre otras cosas. Desde entonces, la oposición se abroqueló para reclamar transparencia con ese escrutinio pero en particular pensando en el próximo 25 de octubre. Y la Cámara Nacional Electoral, después de varias reuniones con ONGs y representantes partidarios, dispuso una serie de medidas para intentar garantizar un comicio más limpio.



Por el lado del Gobierno, la reacción fue de campaña: con Cristina a la cabeza, se acusó a la oposición y a algunos jueces tucumanos que frenaron la proclamación del kirchnerista Juan Manzur de querer volver a la época de los conservadores y desconocer el voto popular. "El de los pobres", se estigmatizó incluso. Daniel Scioli se preocupó particularmente por cómo lo podía afectar este clima de sospechas, sobre todo si, como vaticinan las encuestas, se da un comicio el 25 que esté en el límite de un triunfo en primera vuelta o un balotaje. La Iglesia aquí le hace un guiño y pide respetar la voluntad popular.
Estos son otros de los tramos más fuertes de la carta.
- "La democracia, que tanto esfuerzo nos ha costado alcanzar y preservar, es una conquista que no puede ponerse en riesgo por la existencia de prácticas que puedan socavar su legitimidad".
- "Nos interesa la consolidación y desarrollo de nuestro sistema democrático en paz. Lamentablemente hemos asistido a un clima de agravios, sospechas y denuncias que debilitan la credibilidad de personas e instituciones".
- "(Hay que) recomponer una actitud de respeto, de diálogo sincero y de participación comprometida, retomar el camino de los valores éticos y promover, como nos invita el papa Francisco, una cultura del encuentro que facilite la amistad social".
- (Sólo así se podrán) "vivir las elecciones como un acontecimiento esperanzador, que refleje el nivel cívico de un pueblo que va a las urnascon la convicción de que es el mejor modo de expresar la voluntad de ser una Nación cada vez más inclusiva para todos los argentinos".

El Papa habla sobre el Angel de la Guarda que tenemos

¡El ángel de la guarda existe! ¿Cómo escucharlo? 

Foto: L'Osservatore Romano


VATICANO, 02 Oct. 15 / 04:32 am (ACI).- El Papa Francisco dedicó su homilía de hoy en la Misa de la Casa de Santa Marta a los Ángeles de la Guarda, o también llamados Ángeles Custodios, puesto que hoy es su Fiesta.
Cada uno de nosotros tiene uno” que “nos acompaña” porque “el Señor se lo ha dado a todos”, explicó. Pero para escucharlo uno debe ser dócil: “el cristiano debe ser dócil al Espíritu Santo. La docilidad del Espíritu Santo comienza con esta docilidad a los consejos de este compañero de camino”, añadió después.
El Pontífice citó algunos salmos y oraciones para recordar cómo la figura del Ángel guardián está siempre presente en cada acontecimiento de la vida. “He aquí que yo envío un ángel delante de ti para custodiarte en el camino y para hacerte entrar en el lugar que he preparado”, dice el Libro del Éxodo que se proclamó en la primera lectura.
El ángel de la guarda “está siempre con nosotros”, aseguró Francisco. “Esta es una realidad. Es como un embajador de Dios con nosotros. Y el Señor nos aconseja: ‘¡Ten respeto por su presencia!”.
“Y cuando nosotros, por ejemplo, hagamos una maldad y pensemos que estamos solos: no, él está”, manifestó.
El Pontífice pidió de nuevo “tener respeto por su presencia. Escuchar su voz, porque él nos aconseja”.
“Cuando sentimos la inspiración: ‘haz esto… esto es mejor… esto no se debe hacer…’ ¡Escucha! ¡No te rebeles a él!”.
El Papa advirtió que a veces “pensamos que podemos esconder muchas cosas”, “cosas feas”, que al final verán la luz”. Y el ángel está allí “para aconsejarnos”, para “protegernos” como haría “un amigo”.
Un amigo que no vemos, pero que escuchamos”. Un amigo que un día “estará con nosotros en el Cielo, en la alegría eterna”.
“Sólo pide que lo escuchemos, que le respetemos. Solamente esto: respeto y escucha. Y este respeto y escucha a este compañero de camino se llama docilidad”.
Para ser dóciles, aconsejó el Papa, hay que hacerse pequeño, como niños.
“Pidamos hoy al Señor la gracia de esta docilidad, de escuchar la voz de este compañero, de este embajador de Dios que está junto a nosotros en Su nombre, que nos sostiene con su ayuda”.
“Siempre en camino… y también en esta Misa, con la cual bendecimos al Señor, recordamos lo bueno que es el Señor que justo después de haber perdido la amistad nosotros con él no nos ha dejado solos, no nos ha abandonado”. 

El Angel de la guarda de cada uno de nosotros

5 cosas que tal vez no sabías de San Pío de Pietrelcina y su ángel de la guarda http://bit.ly/1gLVZeG 

jueves, 1 de octubre de 2015

Esto que explican acá es lo que se llama predestinasion, es muy peligroso

¿Qué pensar de la visita del Papa Francisco a América?

Univisión, la cadena más grande y vista por el pueblo Hispano en Estados Unidos, constantemente interrumpe su programación para informar sobre la visita del Papa a América. Millones de personas no solo están participando en persona sino también en vivo por medio de la televisión. De seguro has escuchado noticias, o a tus vecinos, amigos, o familiares hablando del tema. ¿Qué podemos decir de la visita del Papa Francisco a América? Evaluemos esto un poco. Después de todo, vale la pena estar informados para construir una relación en la que podamos compartir con quienes nos rodean de la gracia de Dios en Cristo y por el Espíritu Santo.

Revitalización en la Iglesia Católica Romana en América

La visita del Papa Francisco no es una sorpresa para Latinoamérica, y mucho menos para la Iglesia Católica Romana. Nuestro continente cuenta con casi la mayor población de Católicos, y es una visita estratégica para avivar a la Iglesia Católica Romana en América Latina. Entonces, ¿es posible que el Papa Francisco traiga algo nuevo a Latinoamérica? La verdad es que no. Si bien es cierto que es el primer Papa Hispano, sigue siendo un Papa. Su visita ha traído la misma enseñanza que por años la Iglesia Católica Romana ha enseñado, con su enfoque en lo que debemos hacer para ser “buenos cristianos”. El Papa Francisco quiere lograr darle mayor fuerza a la iglesia local y a sus obispos. De modo que no hay duda que este viaje viene con una agenda para avivar la Iglesia Católica Romana, y como algunos dicen, su viaje a América es para pastorear al rebaño que está disperso. ¿Qué es lo que se ha estado enseñando en sus mensajes?

La enseñanza del Papa: moralismo y humanismo  

Gran parte de sus enseñanzas se basa en las obras. Esto no es nuevo en la Iglesia Católica Romana, ya que parte de su teología se basa en hacer buenas obras para buscar la unidad tanto con Dios como con los demás. El Papa Francisco ha querido recordarle al pueblo la importancia de la familia, la igualdad, la humildad, el diálogo, y decir no al consumismo. Esta enseñanza no solo abarca lo moral sino que también se centra en el hombre. Su enfoque es lo que el hombre hace para salir adelante en cuanto a su relación con Dios y los demás. ¿Donde está la necesidad de un Salvador? ¿Cómo puede una persona tener una relación con Dios? ¿Cómo puede una persona ser perdonada por Dios? ¿Puede un humano hacer algo para vindicar la justicia de Dios? Estas y muchas preguntas más no han sido mencionadas en los mensajes del Papa Francisco.

Una reforma en la Iglesia Protestante en América

El pastor Miguel Núñez ha sido uno de los pastores que nos ha recordado que la Iglesia latinoamericana necesita ser reevangelizada.
Latinoamérica necesita ser reevangelizada porque el evangelio es la única fuerza capaz de cambiar el corazón del hombre, y capaz por tanto de influenciar la sociedad donde ese hombre vive. El evangelio proclamado en la mayor parte de nuestra región no es el evangelio bíblico.
Nosotros tenemos el mismo llamado que Jesús nos dejó: predicar el evangelio y enseñar Su Palabra con gracia y amor, (Mt. 28:19–20). Gran parte de Latinoamérica ha visto un numero creciente de personas convertidas al Cristianismo Protestante. Las razones son varias, pero entre ellas se encuentra un deseo de tener una comunión con Dios y una iglesia que ayuda a sus miembros. Independientemente de si estos números reflejan conversiones genuinas, tenemos que seguir predicando la Palabra de Dios.
De hecho, hoy más que nunca, dentro y fuera de la iglesia, el evangelio debe ser predicado y sus enseñanzas deben ser biblio-céntricas y Cristo-céntricas. Tenemos que aprovechar esta oportunidad no para encerrarnos en casa o mirar mal al vecino que comparte la alegría de la visita Papal sino para darles gracia y apuntarles a Cristo, mostrándoles qué es lo que la Biblia dice y juntos crecer en el conocimiento de la Verdad.

¿Qué enseña la Biblia?

Las enseñanzas del Papa están arraigadas a una motivación moralista y enfocada en las fuerzas humanas. Pero la Biblia nos muestra que no hay nada bueno que podamos hacer aparte de la gracia de Dios (Jn. 15:5). No podemos amar correctamente hasta no conocer el amor en Cristo (1 Jn. 4:19). El verdadero amor es un fruto del amor dado por Dios en Cristo y derramado por el Espíritu Santo (1 Jn. 4:13–21). La salvación por fe y gracia en Jesús es lo que necesitamos escuchar primero, para así entender que los frutos para amar a Dios y a las personas no son fundamentos para salvación sino son resultados de la salvación. Una fe verdadera da fruto que se ve tanto vertical como horizontalmente. Este fruto es parte de la obra del Espíritu en quienes han sido regenerados.
Lo que el Papa llama hacer no será posible porque lo primero no ha sido explicado, la salvación viene por fe y gracia en Cristo y sus obras son resultados de esta salvación (Stg. 2:26). Como se ha dicho, “Justificación es solo por fe, pero no una fe que es sola”. Algunos Católicos Romanos afirman que si bien es cierto que nuestra salvación es por fe, las obras son nuestra respuesta como consecuencia de la salvación. Nuevamente, tal enseñanza afirma que nosotros debemos hacer algo como resultado de la obra de Cristo y seguridad de salvación. Pero la realidad es que todo lo que hacemos es responder en obediencia a las obras que Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas, y esto es posible por el poder del Espíritu Santo en nosotros, (Ef. 2:8–10). El fundamento de las buenas obras se debe a que Dios las preparó, las hizo en Cristo, y las realiza en nosotros por medio de su Espíritu. El evangelio es el anuncio de las buenas noticias de la vida, muerte, resurrección y ascensión de Jesús Hijo de Dios para salvar a pecadores y adoptarlos por medio del Espíritu Santo. Por lo tanto, el evangelio no es hacer, sino es recibir lo que Cristo ya hizo por nosotros. Nuestra esperanza no está en un líder religioso, en una denominación, ni siquiera en el Apóstol Pedro, sino que nuestra confianza está en quien murió para con Su sangre redimir a Su Iglesia y con su Espíritu construirla para que sea más y más como su Señor y Salvador Jesucristo. Una enseñanza diferente es otro evangelio, y otro evangelio no salva.
Michel Galeano es originario de Colombia, enamorado de su esposa Gaby y padre de Priscilla. Obtuvo su licenciatura de Ministerio Cristiano y Pastoral del seminario teológico Bautista de New Orleans, y actualmente esta completando su Maestría en Divinidad en el seminario de Bethlehem en Minneapolis, MN. Sirve como asistente ministerial en la iglesia Bautista Bethlehem. Puedes seguirlo en Twitter.

Ataques directos a la la Iglesia Catolica

7 prácticas católicas infiltradas en la iglesia evangélica

La visita de Jorge Bergoglio a los Estados Unidos ha causado que el tema del papa vuelva a estar en primera plana en el mundo. En otras ocasiones he escrito porque los Evangélicos no vemos a la figura del Papa como una autoridad eclesiástica y cuales son algunas de nuestras diferencias doctrinales fundamentales entre Protestantes y Católicos. En especial he escrito en la diferencia que ambos tenemos sobre cómo somos justificados lo cual crea una división que no nos permite tener verdadera unidad con la iglesia católica.
Esto no significa que no podemos aliarnos con Católicos en causas comunes como la lucha contra el aborto y la definición bíblica del matrimonio. Pero a pesar de que podamos tener cosmovisiones similares en algunas áreas, no podemos ver una verdadera unidad puesto que la verdadera unión viene en torno a la Verdad (Juan 17:17, 20-21). Nuestra diferencia con el Señor Bergoglio no es una personal: no atacamos su persona. Nuestras diferencias son teológicas: no podemos estar a favor de la doctrina que él representa.
Todo evangélico puede estar de acuerdo con estas cosas. Profesamos que “hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre” (2 Tim. 2:15). A la misma vez, y sin darnos cuenta, ciertas doctrinas católicas se introducen en el mundo evangélico de una forma que no es bíblica y, por tanto, no es saludable. En mi iglesia yo uso la frase de que nos cuidemos de regresar a Roma. Con esto me refiero a cuidarnos de no volver a doctrinas y prácticas que fueron denunciadas por los protestantes durante la Reforma, pero que de alguna forma la iglesia moderna se ve tentada a readoptarlas.

1. Papas evangélicos

Gracias a Dios, soy una persona que difícilmente tiendo a la ira. No digo que no lucho con (¡muchos!) pecados: solo que la ira no es uno de los comunes. Ahora bien, si quieres verme molesto en medio de una discusión teológica, basa tus argumentos no en pasajes de la Palabra, sino en MacArthur, Piper o Washer. Como protestantes, somos prontos a negar la infalibilidad papal, pero muchas veces con nuestras acciones afirmamos la infalibilidad de nuestro teólogo favorito. No estoy diciendo que no debemos aprender de hombres de Dios ni tenerlos en alta estima. Pero no podemos basar nuestros sermones y doctrinas en los argumentos de los hombres sin estudiar profundamente lo que dice la Biblia sobre el tema.

2. Ignorancia de las Escrituras

Uno de las bendiciones mayores de la Reforma fue el acceso de todos los creyentes a la Biblia. Personas murieron para que tú y yo pudiéramos tener acceso a la Biblia en nuestro idioma. Sin embargo, hoy muchos creyentes han regresado a la práctica de dejar el estudio bíblico al clero, en vez de ellos participar como creyentes en el estudio profundo de la Palabra para que sus vidas seas formadas por verdades bíblicas. Preferimos que un pastor nos diga qué hacer que crear convicciones a través del estudio de la Palabra.

3. Siguiendo tradiciones

Me encantan los credos y las confesiones históricas. En muchos aspectos me adhiero a la Confesión Bautista de Londres del 1689. Pero la Biblia me ayuda a interaccionar con el credo no lo contrario. Debemos cuidarnos de buscar nuestra certeza doctrinal en la Teología Sistemática de Grudem, en la Confesión de Fe de Westminster, o en la Confesión de Fe de nuestra iglesia más que en las mismas Escrituras que inspiraron estos libros.

4. Clero sacerdotal

A menudo personas amadas me piden que ore por alguna petición especial. Es uno de los mayores privilegios que tiene un creyente, orar los unos por los otros.  Usualmente, cuando me piden que ore les digo que con mucho gusto, pero quiero que sepan que mi oración no es más efectiva que la de cualquier otro santo en la congregación. Todo cristiano es amado por el Padre, aceptado por el Hijo, y habitado por el Espíritu. Todos somos real sacerdocio, nación santa (1 P. 2:9). No hay una casta sacerdotal: los pastores no están “en otro nivel”. Si pensamos lo contrario, entonces manifestamos vestigios de Roma.

5. Espacio en lo secundario

Uno de los regalos principales de la Reforma es que, como creyentes, podemos reformar o cambiar posiciones secundarias doctrinales. A diferencia de los dogmas católicos, que establecen lo que todo feligrés debe creer, la Reforma trajo consigo unidad en lo principal –en lo que está claramente revelado en la Palabra–, pero apertura a diferenciar en lo que no es principal. Sin darnos cuenta, cuando hacemos de doctrinas secundarias como el gobierno de la iglesia, el uso de los dones espirituales, o la interpretación de cuándo será el rapto como esenciales para ser creyentes, no estamos siendo protestantes: estamos actuando como católicos. Estamos diciendo que todos los creyentes deben verse iguales.

6. Compra de indulgencias

Uno de los catalíticos principales de la Reforma fue la venta de indulgencias. En una forma, esto es equivalente a buscar comprar el favor de Dios. Aunque se hacía de de diversas formas, en especial era por medio de factores económicos. Lamentablemente, nuestras iglesias en ocasiones manifiestan diversas formas de comprar el favor de Dios, aquel favor que Cristo compró en la cruz por Su pueblo. Por medio de ofrendas, promesas, ayunos… tratamos de manipular a Dios para recibir lo que deseamos. Esto luce bastante similar a prácticas pecaminosas de Roma.

7. Intercesores que no son Cristo

¿Quién ha escuchado a un líder adoración decir: esta canción nos llevará a la misma presencia de Dios? La realidad es que ninguna canción, líder de adoración o persona puede hacer lo que solo Cristo puede hacer. Es Jesús el mediador entre Dios y el hombre. Es por medio de Él que tenemos acceso al Padre. Solus Christus.

Estos son algunas prácticas que observo en la iglesia moderna que tienen mucho catolicismo detrás de la oreja, y que sin darnos cuenta hemos adoptado a nuestro contexto. Que sea la Biblia y un conocimiento profundo de la misma lo que impulse nuestra vida de iglesia. Somos protestantes, ¡cuidémonos de no volver a Roma!

Seis razones por las qué los evangélicos no tenemos un Papa


La confusión entre los Protestantes y el Catolicismo Romano es grande en mi país de Guatemala. Recuerdo hace varios años cuando el presidente se identificaba como un cristiano, católico, y sacerdote maya. Hizo lo que pudo para tratar de cerrar las separaciones entre las religiones mayores en nuestro país.
Ahora, algo similar está pasando con el Papa Francisco, a quien tantos aman y veneran por su postura abierta y misericordiosa hacia el mundo. Al ver un líder tan admirable como él, tal vez has escuchado la pregunta, “¿Y por qué los evangélicos no tenemos un Papa también?”. Después de todo, muchos dicen que si hubiera un Papa evangélico, no habrían tantas denominaciones y tantas diferencias.
Para mejor entender las razones detrás de esta diferencia entre los evangélicos y católicos, en su blogKevin DeYoung hizo referencia el viernes pasado al compendio teológico de cuatro volúmenes tituladoReformed Dogmatics, en el cual el reconocido teólogo Henry Bavinck comparte seis razones por las que los protestantes rechazan el Primado del Papa y el entendimiento católico de la sucesión apostólica. Quisiera compartir estas seis razones, escritas por DeYoung & Bavinck, y después de cada una dar un comentario breve para aplicarlo a nuestros contextos (identificado por el SM).
Seis razones
1. La diferencia entre el clero y los laicos que forma la base de la jerarquía Católica Romana ni se enseña en la Biblia, ni se muestra en la organización de la iglesia del primer siglo. Sin duda la Biblia distingue entre pastores y rebaños. Los oficios de la iglesia son bíblicos, pero en la teología Católica “clero” y “laicos” se refieren a más que solo “pastor” y “miembro de la iglesia”. Como explica Bavinck: “En la Iglesia Católica Romana ‘clero’ se ha convertido en una palabra para describir una clase especial de personas eclesiásticas que por ser consagrados han sido separados de los demás, creando una clase única de “cleros” que en un sentido muy especial pertenecen al Señor (4:358)”. En contraste, las Escrituras enseñan que el rebaño entero es el kleros, pertenece al Señor, y es Su herencia (Exo. 19:5-6). No existe una clase especial sacerdotal en el Nuevo Testamento, puesto que todos los creyentes verdaderos son llenos del Espíritu, guiados por el Espíritu, comparten en la unción del Espíritu, forman parte de un sacerdocio real, y son una posesión valiosa de Dios. Pastores y ancianos son pastores que sirven al rebaño, no sacerdotes que ofrecen sacrificios o obispos jerárquicos quienes gobiernan a la gente. “Oficio en la Iglesia de Cristo no es una magistratura, sino un ministerio” (4:359).
SM: La postura Protestante reconoce que hay oficios en la iglesia (los cuales sin duda involucran una cierta medida de responsabilidad en cuanto a supervisión y gobernación). Sin embargo, estos oficios existen para servir al rebaño, no para crear estructuras jerárquicas o clases especiales de sacerdotes. Pastores no son mediadores entre Dios y el hombre; solo Cristo es nuestro mediador (1 Tim. 2:5) y nuestra responsabilidad como pastores es apuntar a la gente hacia Él. Todos los creyentes son “sacerdotes”: no hay una clase especial.
2. El Nuevo Testamento no reconoce un episcopado que sea diferente del presbítero. Hechos 20 es un texto clásico, puesto que allí encontramos a Pablo usando las palabras griegas para supervisor (espiskopoi) y anciano (presbyteroi) intercambiablemente (Hechos 20:17, 28). Pedro hasta se llama a sí mismo un anciano (1 Ped. 5:1). “Aparte de los oficios extraordinarios del apóstol, profeta, y evangelista, hay solo dos oficios ordinarios, los diáconos y los presbyteroi (Fil. 1:1, 1 Tim. 3:1, 8): pastores y maestros (Ef. 4:1; 1 Tim. 5:17), aquellos que tienen el don de administración (1 Co. 12:28), aquellos en posición de autoridad (Ro. 12:8; 1 Tes. 5:12); y líderes (He. 13:7, 17)” (4:360).
SM: La Biblia nos enseña que solo hay dos oficios dentro de la iglesia: pastor/anciano, y diáconos. Cualquier otro oficio es invento del hombre y no mandado por las Escrituras. Ambos oficios existen para servir a la iglesia, los pastores/ancianos a través del liderazgo, enseñanza, y supervisión, y los diáconos a través del servicio a las necesidades de los miembros de la iglesia.
3. El apostolado era un oficio excepcional y temporal en la iglesia del Nuevo Testamento. Ciertamente debe haber una sucesión de verdad apostólica, y hay un sentido en el que los supervisores/ancianos cuidan a las iglesias como lo hicieron los apóstoles. Pero en el sentido más estricto, los apóstoles no tienen sucesores. Son parte de un fundamento no repetible, de una vez por todas de la Iglesia (Ef. 2:20). “Los apóstoles habían sido los testigos de las palabras y obras de Jesús. Habían sido llamados directamente por Cristo mismo a su oficio, recibiendo una medida especial del Espíritu Santo, y fueron llamados a una tarea única, es decir, a establecer el fundamento de la Iglesia y ofrecer en su mensaje el medio perfecto de unión entre Cristo y Su Iglesia. En todas estas cosas ellos se distinguen de los demás, se encuentran en un nivel extremadamente superior a la de sus sucesores, y mantienen un oficio no-transferible y no-renovable” (4:362).
SM: Aunque hay cierta división entre los Protestantes sobre el tema de la sucesión apostólica, el entendimiento tradicional ortodoxo enseña que la verdadera sucesión apostólica tiene menos que ver con el oficio de apóstol y más con la verdad apostólica, es decir, el consejo de Dios en las Escrituras y el mensaje del evangelio. Aunque los Apóstoles nombrados por Jesús recibieron gran poder, ese gran poder fue para proclamar un mensaje aún más grande: el evangelio. Entonces, la sucesión no se trata de nombrar nuevos apóstoles o pontífices, sino de entregar el mismo mensaje de salvación de generación a generación en la Iglesia de Cristo. No habría forma de seguir esa sucesión apóstolica hasta hoy.
4. No hay evidencia en las Escrituras que muestren que Pedro tuvo una autoridad única, diferente, o superior a la de los otros once apóstoles. Aún si entendiéramos que Mateo 16:18 enseña que Jesús prometió que la Iglesia sería edificada sobre Pedro (y no simplemente sobre su confesión), el hecho es que Jesús solo hace tal promesa en vista de la confesión de Pedro. Pedro sería fundamental a la Iglesia primitiva, pero también lo serían los otros Apóstoles (Ef. 2:20), puesto que ellos también confesaron a Jesús como Cristo (Mat. 16:15-16). Además, el poder de las llaves fue extendida a todos los apóstoles en Mateo 18:18 y Juan 20:23 (4:363). El retrato de Pedro en el resto del Nuevo Testamento nunca es de un hombre a quién se la ha dado (o quién pretende que ha sido dado) autoridad sobre la Iglesia entera (Gal. 2:6, 9). Él es enviando junto con Juan a Samaria por los otros apóstoles (He. 8:14). Nunca es mencionado como el príncipe de los apóstoles (1 Co. 12:28; Ef. 4:11; Ap. 21:14) y se refiere a sí mismo mansamente como un anciano (1 Pe. 5:1, 3).
SM: No hay nada en las Escrituras que nos muestre que Pedro sea de cualquier modo superior a los otros apóstoles o ancianos. De hecho, el simple hecho de considerarse “superior” a los demás va en contra del modelo bíblico de obispado, y aún más del evangelio.
5. Aún si Pedro hubiera sido otorgado una autoridad única sobre la Iglesia (lo cual no es cierto), esto todavía no establecería la primacía del obispo de Roma. Para que el entendimiento Católico del papado sea verdadero, (1) Pedro tuvo que haber pasado más de 20 años en Roma, (2) tuvo que haber sido un Obispo allí y Primado sobre toda la Iglesia, y (3) tuvo que haber transferido de manera intencional la autoridad en estos dos oficios (Obispo y Primado) a Lino. En las cartas de Pablo a Roma, y en sus varias cartas escritas desde Roma, no hay ninguna mención del ministerio de Pedro allí, mucho menos un ministerio pontificio. De acuerdo a los documentos más antiguos de la Iglesia primitiva, la iglesia en Roma fue gobernada por una facultad de presbíteros, no un episcopado monárquico (4:365). No fue hasta la mitad del segundo siglo que comenzó a circular la leyenda del largo ministerio de Pedro en Roma, una leyenda la cual Eusebio y Jerónimo luego establecerían como una parte definitiva de la tradición romana (4:365-66).
SM: La fe protestante es una fe histórica. Entonces, si los hechos históricos no emparejan con las enseñanzas o tradiciones de alguna iglesia, esas enseñanzas deben ser refutadas. No podemos ignorar la falta de evidencia histórica de que Pedro haya sido genuinamente el “primer Papa” en Roma.
6. La premisa de que la Iglesia Católica encabezada por un pontífice en Roma descansa sobre un entendimiento de la historia que en su mejor caso está llena de suposiciones insostenibles. Como Bavinck muestra una y otra vez, si la primacía del obispo romano es verdadero, entonces debemos demostrar que Pedro paso décadas en Roma, que mantuvo el oficio de Obispo y Primado, y que luego transfirió deliberadamente este oficio a su sucesor en Roma. Pero la tradición eclesiástica dice que Pedro nombró supervisores en otras ciudades además de Roma. ¿Cómo sabemos, si transfirió autoridad suprema a cualquier obispo, que quiso transferir el Primado a Roma? Y si transfirió tal poder, ¿donde está la evidencia histórica de tal sucesión? ¿Y con qué autoridad lo hizo? “Debe haber una ley divina que sustenta esta estructura episcopal y papal”, nota Bavinck. “Pero aquí es donde el argumento se desarma: no existe tal ley. Cristo nunca dijo una palabra sobre el episcopado de Pedro en Roma ni sobre su sucesor. Pedro no ha —ni de acuerdo a las Escrituras, ni a la tradición— dado a entender que el obispo de Roma sería su único y verdadero sucesor. El enlace entre el Primado y el episcopado romano es entonces basado únicamente sobre el hecho de que Pedro si paso tiempo en Roma y la suposición ahistórica de que mantuvo el oficio de Obispo y Primado allí” (4:367). Al ver que el fundamento completo y la autoridad única de la Iglesia Católica Romana está improvisada en una historia tan dudosa no es sorprendente que Bavinck comenta, “Aquí, la eternidad cuelga de una telaraña”.
SM: Bavinck no lo pudo haber dicho de mejor manera. La teología del Papado pone una carga demasiada pesada sobre un cimiento demasiado débil. 
El simple hecho es que la cabeza de la Iglesia no es un Papa, ni un apóstol, sino Cristo (Col. 1:18). Él tiene toda la autoridad (Mt. 28:18). Él es el líder perfecto, el mensaje completo, y el mejor modelo de misericordia y amor que jamás podremos encontrar. Ningún hombre es digno de estar en una posición elevada sino solo el Dios hecho hombre: Cristo Jesús.